Igualdad

imagen igualdadEl deseo de combatir las ideas y tratamientos discriminatorios ha sido motivo de las más diversas revoluciones, gracias a las cuales hoy en día, se reconoce la igualdad, -al menos ante la ley-, como un derecho.

Algunos de los propulsores de ideas discriminatorias se apoyaban en la teoría de la evolución de Charles Darwin para justificar las supuestas diferencias sociales existentes entre los seres humanos. Lo irónico era que con sus planteamientos, Darwin nunca quiso demostrar que había seres superiores a otros y se oponía fervientemente a la existencia de clasificaciones dentro de la especie humana que generara tratos distintos

Pero, la historia ha demostrado que no todos estamos en la misma posición, por eso es que se deben tomar medidas que favorezcan a los que se suponen más débiles. Esto justifica la sobreprotección otorgada por la ley a los trabajadores, los menores de edad, los ancianos, los consumidores…

Definitivamente, una de las luchas que más ha dado agua de beber es aquella que busca combatir las diferencias de trato que se da entre las mujeres y los hombres.

Por un lado, están las actuaciones desiguales en contra de las mujeres. Solo hay que ver cómo todavía nosotras trabajamos igual que los hombres por salarios inferiores y se nos sigue valorando por lo “buenas esposas” que podemos ser. Ah, pero los peores enemigos del movimiento de “liberación femenina” no son precisamente los hombres, sino peor aún, las mujeres que se denigran a sí mismas, las “Yuleidys” y las propias “buenas esposas”.

Por el otro lado, no podemos obviar algunos excesos de protección injustificados hacia las mujeres que perjudican a los hombres. Ahí me llega a la mente la legislación que obliga a los partidos a reconocernos una cuota de participación independientemente de nuestra labor. ¿No piensan ustedes que este es un privilegio irritante que nos cataloga como débiles y que en nada ayuda a combatir las ideas discriminatorias?

Pero esto no es nada más en la ley, sino que, como me decía un colega en días pasados, cuando se trata de la protección contra la violencia de género, el trato desigual también sale a relucir. Ahí, él me ponía de ejemplo todas las veces que ha tenido clientes hombres que han sido golpeados por sus mujeres o han sido víctimas de acoso, violencia verbal o de cualquier tipo, en que la actitud del departamento encargado de prevenir y sancionar estos hechos es prácticamente una burla, porque parece que el hombre debe ser inmune a estos actos y aguantarse.

¿Machismo, feminismo, falta de hombría, mujer con pantalones?

Pleno siglo XXI y parece que faltarán muchas más revoluciones. Pero si hay algo que hay que entender ya, es que las mujeres y los hombres jugamos roles diferentes, tenemos intereses diferentes, somos fisiológicamente diferentes, nos comportamos diferente, hasta nos enamoramos diferente… y en ese marco, el trato EQUILIBRADO es el que nos dará la IGUALDAD deseada.

(Imagen tomada de www.viajeamacondo.wordpress.com)

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